Por: José H. Rivera, comunicador social

Diversos analistas coinciden en señalar que nunca como ahora la humanidad ha tenido a su alcance tantos aparatos y tecnologías de información y comunicación y que, sin embargo, tampoco hemos estado tan incomunicados como ahora. ¿A qué se debe esta enorme paradoja?, ¿qué es lo que define el éxito o fracaso de una comunicación?, ¿por qué tan frecuentemente las sofisticadas tecnologías de comunicación nos aíslan y distancian en lugar de acercarnos?, ¿se puede hacer algo al respecto?

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La idea que hoy quiero compartir con ustedes es que en un mundo tecnologizado, saturado de aparatos de comunicación como el que vivimos, es urgente recuperar y priorizar las habilidades naturales de comunicación. Porque es evidente que el éxito de una comunicación no radica en los aparatos que utilizamos para comunicarnos, sino en la capacidad humana de comunicar y en esas habilidades naturales que hayamos logrado o no cultivar. Las tecnologías son importantes, pero jamás podrán reemplazar a la voluntad humana de comunicarse, en todo caso lo único que harán las tecnologías es amplificar nuestros errores o virtudes de comunicación.Ahora bien, ¿cuáles son esas habilidades naturales de comunicación que necesitamos recuperar y desarrollar con urgencia? La autoestima o confianza en sí mismo porque todo comienza por cada uno(a) de nosotros, la capacidad de escucha y observación que nos hace sensibles al mundo, la empatía o capacidad para colocarse en el lugar de la otra persona, los talentos naturales como la expresión verbal y corporal, el buen humor que nos recuerda la alegría de la vida, la capacidad para entrar en contacto con una persona, sentarse con ella y construir un diálogo sincero, el perdón y la reconciliación que tanta falta nos hacen, las estrategias de organización y coordinación en tantas situaciones de la vida, la acogida y la capacidad para construir un buen ambiente en el hogar o en el trabajo… son habilidades que nos pueden salvar del aislamiento y el sinsentido.A este pequeño repertorio de habilidades comunicacionales me gustaría añadir una cualidad de la verdadera comunicación que el Papa Francisco ha definido como el acto de vulnerabilidad.

Es decir que la auténtica comunicación nos compromete, nos saca de nuestra zona de confort y nos expone, porque comunicar de verdad es arriesgarse por los demás.Los seres humanos estamos juntos en este mundo para realizarnos en comunidad, es decir necesitamos unos de otros para desarrollar nuestras propias capacidades. Esta verdad de mutua complementariedad está en la base de la necesidad de comunicarse. Y como se puede entender, estamos naturalmente muy bien provistos de lo necesario para alcanzar nuestra plena realización y felicidad. Por otro lado, esta capacidad de desarrollar nuestras habilidades naturales de comunicación, de combinarlas y aplicarlas en cada situación de nuestra vida requiere el espíritu de un artista, de esa persona capaz de captar lo bello, verdadero y bueno de la vida, de alguien que percibe la necesidades y riquezas de los demás para suscitar y concretar oportunidades de verdadera comunicación.Hagamos también nosotros un buen uso de este poderoso recurso de crecimiento, servicio y realización conjunta: el arte de comunicar.

José Howard Rivera Fernández
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