El comandante de la Guerra Patria del 1965 y militante por la democracia será expuesto este jueves a las 10.00 am en la funeraria Blandino de la Avenida Abraham Lincoln

SANTO DOMINGO.- En la madrugada de este miércoles 9 de noviembre del año en curso, falleció accidentalmente a la edad de 73 años, después de una caída en el patio de su residencia, Diomedes Mercedes, conocido dirigente revolucionario y destacado combatiente de la Revolución de Abril y la Guerra Patria de 1965, en la que asumió la Sub-Comandancia del heroico Comando B3, ubicado en Villa Francisca. Allí jugó un papel destacado, siendo el primer civil que tomó las armas en la lucha contra el golpe de Estado y la defensa de la soberanía nacional.
Diomedes participó como estudiante de secundaria en las luchas anti-trujillistas en la ciudad de Bonao, donde nació y pasó su infancia y adolescencia. Ingresó muy joven, en 1962, a las filas del Partido Socialista Popular-PSP, organización que asumió el nombre de Partido Comunista Dominicano-PCD- durante las luchas revolucionarias de 1965. Concomitantemente, antes y después de esa gesta, ejerció funciones de dirección en el Grupo Estudiantil Fragua, en la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Derecho y en la Federación de Estudiantes Dominicanos-FED- de la UASD. En ese se centro de estudios se graduó con honores de Doctor en Derecho.
Más tarde, a principio de la década de los 70, militó en el Partido Revolucionario Dominicano-PRD, entonces bajo el liderazgo del Profesor Juan Bosch, y junto a él fundó el Partido de la Liberación Dominicana-PLD, retirándose de sus filas varios años después.
Continuó participando activamente hasta la hora de su muerte en las luchas sociales y políticas. Su compromiso con la democracia y la justicia social le llevo a militar en diversos movimientos sociales, incluyendo la defensa del medio ambiente, la transparencia en la gestión pública y la mejora de la educación. Nunca resignó sus ideales y su recia conducta moral, contribuyendo siempre a las mejores causas. Nunca paso factura por contribución al bien común, menos aún aceptó privilegios o prebenda alguna.
En plena juventud contrajo matrimonio con Gilda Contreras Pérez, con quien procreó dos hijos, Ayacx y Alejandro. Con igual cariño paternal y solidaridad criò a Darío, hermano de madre de ambos. 
En su intensa y ejemplar existencia siempre vivió modestamente de su trabajo, dedicado a desarrollar actividades mineras y agrícolas en las proximidades de Nigua, con estricto respeto a las normativas ambientales correspondientes.
Supo conquistar amor y respeto porque logró merecerlo, asumiendo con moderación y estoicismo su heroicidad y ofreciendo amor a sus familiares queridos, y amistad y solidaridad sin límites a sus compañeros/as de lucha y de trabajo ¡Que su ejemplo perdure para que pueda ser emulado por las nuevas generaciones!
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