Por:
Teodoro Díaz
El poema del extinto
Mocano Juan Antonio Alix Rodríguez, titulado “Los Mangos Bajitos”, es una
muestra fehaciente de la cultura del poco esfuerzo imperante en gran parte de
los dominicanos. El querer hacerse ricos de la noche a la mañana, el querer
obtener ganancias exorbitantes un año después de haber establecido un negocio,
el querer ser millonario a la velocidad de la luz al llegar a la administración
pública, son tan solo algunas de las prácticas perniciosas que han frenado el
desarrollo colectivo en la nación.

En su poema, Alix
Rodríguez dice: “Por eso la suerte ingrata de la Patria no mejora porque muchos
son ahora como don Martín Garata. Que quieren meterse en plata ganando cuartos
mansitos con monopolios bonitos, con chivos o contrabando,  o así, de cuenta de mando, coger los mangos
bajitos”
Si queremos ver a una
República Dominicana prospera y desarrollada en su máxima expresión, cada
dominicano debe esforzarse, dejar de ser como Martin Garata y trabajar duro
para beneficio del país. Una cultura de esfuerzo personal y colectivo que a su
vez piense en las generaciones futuras es la clave para que nuestra República
Dominicana salga  del lastre  en el cual se encuentra.

Somos un país con un
potencial enorme en la agricultura, la ganadería, la minería y sobre todo
tenemos una gran industria turística, sin embargo no hemos podido maximizar
estos recursos porque todos los que llegan a la administración pública,  entiende que esa es la oportunidad para
enriquecerse y como si eso fuera poco, estos entienden que la historia empezó
con ellos y por tal motivo no se le da seguimiento a nada de lo trabajado por
su antecesor.

En el afán de ser YO,
se olvidan que un entero es más que la suma de sus partes, que mejores son dos
que uno, y que cordón de tres dobleces no se rompe tan fácil.

Las naciones que han
prosperado cultural y económicamente, lo han hecho por la entrega de su gente
al trabajo individual, pero estas no han olvidado la colectividad ni han dejado
de pensar en las generaciones futuras. Corea del sur es un bello  ejemplo de lo que estamos diciendo, los
coreanos, mantienen su identidad, su cultura y su patriotismo, pero a todo esto
le agregan el esfuerzo individual sin olvidar lo colectivo.

Los coreanos pensando
en sus generaciones sucesoras, se afanan por la modernización del país y la
internalización, pero lo que ocurre en Corea dista mucho de la realidad
dominicana, en este país solo se piensa en el aquí y en el ahora y ese es el
teflón en donde resbala el panorama sombrío de Quisquella la bella.

El querer las cosas
fáciles y a tiempo record, buscar fortunas y captar dinero en base a fórmulas
solapadas, se ha hecho parte de la cultura del país, por eso los atracos, el
narcotráfico, los sobornos, las sobrevaluaciones, el cohecho, los arreglos por
debajo de la mesa, la compra de conciencia, entre otros flagelos que deslucen
la imagen del país, están frenando el desarrollo y la prosperidad de los
dominicanos.

Teodiaz777@hotmail.com 
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